16 de abril de 2020

¿Manuel Torre peliculero?

El embrujo de Sevilla, no hay duda, es la novela más conocida del uruguayo Carlos Reyles (1868-1938). Fue publicada en 1922 y de inmediato llamó la atención
de un joven Ramón J. Sender (1901-1982); años después, cuando la novela ya se había convertido en un referente, Rafael Cansinos Assens (1882-1964) le dedicaría este extenso artículo
Aunque no creo que haya flamenco/lector que no la conozca, dejo la palabra a Arturo Torres-Rioseco (1871-1931) para que nos haga un resumen de la misma
extraído de un largo artículo sobre nuestro novelista publicado en dos números de la Revista Iberoamericana en 1939.
Retengan el nombre del cantaor, Pitoche.
¿Andalucía, toros y flamenco en una novela de éxito? Estas circunstancias no podían pasarle desapercibidas al raquítico cine patrio.
En efecto, a finales de 1928
ya se empieza a hablar de la intención de Benito Perojo (1894-1974) de llevar la novela a la pantalla, pero es en julio de 1930 cuando empieza su rodaje en Sevilla; eso sí, con algún problemilla
Trasladan los bártulos a París desde donde el malogrado Juan Piqueras (1904-1936) informa
que su rodaje ha sido paralizado.
Finalmente, la película se estrena el 4 de abril de 1931 en Madrid
y el 17 en Barcelona
¿Y Manuel Torre por dónde anda? se preguntarán si han llegado hasta este punto.
José de la Fuente, redactor cinematográfico de la revista Atlántico, apuntaba en su número de 5 de septiembre de 1929 lo que sigue:
A estas alturas ya debería saber que ni Pola Negri interpretó el papel de Pura ni Manuel Torre el de Pitoche.
Para terminar, el hermoso afiche
obra de Ricardo Summers Isern, SERNY (1908-1995) y esta foto
en la que la malograda María Albaicín posa junto al rapsoda González Marín, el Pitoche de esta historia, papel para el que alguien soñó con Manuel Torre.